miércoles, 26 de septiembre de 2012

"La Manola" en Merida .

                               FIN DE SEMANA EN MÉRIDA

Hola,
Por todos es conocido, el espectacular estado de forma de Pedro el Cartero, mi entrenador como coloquialmente le llamo y .
Igualmente todos conocéis el daño que le hizo al ciclismo este personaje, por jugarse su vida y futuro al azar, perder y tener que marcharse de forma ineludible a un pueblacho de mierda llamado Mérida.
Pues bien, llevaba ya mi entrenador, tiempo diciéndome la famosa frase: "no hay huevos" para convencerme de que me fuera a su pueblo y hacer una ruta con sus nuevos colegas de ciclismo, (por llamarlos de forma cariñosa).
Así que me puse manos a la obra y programamos un fin de semana para tal evento. Esto sucedió exactamente del 7/9/12 al 11/9/12 pasado.
El desplazamiento un desastre, aquello está donde Cristo perdió el gorro, además con la sensación de que eres el protagonista de la película "regreso al pasado". 250 Km de carretera nacional en mal estado a tramos, me tiré algo así como 80 Km detrás del camión del Pan Bimbo y sin cojones a adelantarlo. En ese tramo, no existe civilización a excepción de una ganadería de toros que vi en la pradera. O sea, si te da un tabardillo, nadie te puede socorrer excepto algún toro, que además te pegaría una corna´a. La ciudad sin prácticamente centros comerciales de gran superficie, los coches tipo daewoo, chevrolet y marcas económicas abundan, y los lugares de ocio se reducen prácticamente a dar vueltas por los puentes del río, (el Guadiana, creo).
Piedras romanas de las que estamos hasta las pelotas de ver en nuestra ciudad, abundan más todavía en Mérida, pero en mi caso no puse mayor interés en verlas, excepto las que me tropezaba cuando salía a pasear hasta el río. Insisto que no hay otra cosa que hacer.
Vamos a lo que nos interesa, la BICI.
Quedamos el sábado en una rotonda que está a 5 Km del lugar de residencia de mi entrenador. Al llegar a ella, llevaba ya una media de 12 Km/h. Nos juntamos un grupo de cerca de 20 personas, y salimos a pedalear. Un ritmo fácil, pero allí no hay viento, entonces sin esfuerzo ruedas a 32 Km/h. Es curioso que cuando nos encontramos, mi entrenador es respetado, ya es un dato. Pues bien empezamos a andar y con el clima que hay, acompañado de las maravillosas vistas de la dehesa, la respiración es difícil de mantener. Aún así, se rodó a un ritmo entre 42-45 Km/h. La vuelta es todavía más rápida y a tirones. Yo me dediqué a estar en el centro aproximadamente del grupo y participé en los sprint que se hicieron para observar en 1ª línea, como mi entrenador los iba penetrando a todos. Yo no conocía el recorrido, por lo que decidí ser conservador pero algún relevo hice. Recorrido total de 65 Km y una media al llegar nuevamente a la rotonda de encuentro de 32,5 Km/h de media. Algo impensable en Cartagena. Al llegar nuevamente a casa, la media había bajado a 31 Km/h.
El domingo más de lo mismo, se rodó todavía a mayor ritmo y es acojonante como mi entrenador es capaz de estirar al grupo con los relevos que da, lo que pasa es que es muy complicado dejar tirado a nadie, primero porque andan bien y segundo porque es muy fácil coger ritmo.
La llegada fue más de lo mismo, al sprint desde los últimos 10 Km y al llegar al pueblo todos se recogen a sus casas ni se despiden ni te esperan para tomar una cerveza o intercambiar opiniones. La convivencia y vida social de ese grupo es ninguna.
En ambos días, el sudor no existe, excepto cuando llegas a casa, que sudas de golpe. 
En cuanto al ciclismo que viví, me quedé muy defraudado, es muy triste ver que sales con gente y que al final no sabes ni la cara que tiene, porque no los has visto sin el casco y sin las gafas. Con esto quiero decir, que ya por edad, no estamos para carreras, pero sí para otras cosas más propias de las personas. Ya nos tomamos nosotros nuestras cervezas y las de ellos. 
Que nos sirva el ciclismo para fomentar las relaciones entre personas y no para hacer competiciones clandestinas, que la única satisfacción que te puedes llevar es un susto, porque las salidas que hicimos como poco, fueron peligrosas.
En cuanto a mi entrenador, yo creo que ya lo he dicho todo varias veces, el mejor ciclista que he visto y todavía mejor persona, y mira que le di disgustos ese fin de semana y el tío todavía continúa queriéndome. Yo sé que echa de menos su grupo de bici, su ciudad y su vida anterior, por eso me tengo que despedir de la misma manera que al principio:

                                                                "ENTRENADOR, NO HAY HUEVOS"

"La Manola y El Cartero"

La  Manola.

1 comentario:

  1. Jodio...vas a conseguir emocionarme...que bien lo "pasemos"y eso que esta tierra tiene muy pocas posibilidades(ninguna) Decir que mi estado de forma lo conseguí haciendo bici y disfrutando de ella (y de los amigos) en el mes de Julio en Cartagena y espero volver pronto para hacer lo que más me gusta con la gente que me gusta. Un abrazo a todos.

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