FIN
DE SEMANA EN MÉRIDA
Hola,
Por todos es conocido, el espectacular estado
de forma de Pedro el Cartero, mi entrenador como coloquialmente le llamo y .
Igualmente todos conocéis el daño que le hizo
al ciclismo este personaje, por jugarse su vida y futuro al azar, perder y
tener que marcharse de forma ineludible a un pueblacho de mierda llamado
Mérida.
Pues bien, llevaba ya mi entrenador, tiempo
diciéndome la famosa frase: "no hay huevos" para convencerme de que
me fuera a su pueblo y hacer una ruta con sus nuevos colegas de ciclismo, (por
llamarlos de forma cariñosa).
Así que me puse manos a la obra y programamos
un fin de semana para tal evento. Esto sucedió exactamente del 7/9/12 al
11/9/12 pasado.
El desplazamiento un desastre, aquello está
donde Cristo perdió el gorro, además con la sensación de que eres el
protagonista de la película "regreso al pasado". 250 Km de carretera
nacional en mal estado a tramos, me tiré algo así como 80 Km detrás del camión
del Pan Bimbo y sin cojones a adelantarlo. En ese tramo, no existe civilización
a excepción de una ganadería de toros que vi en la pradera. O sea, si te da un
tabardillo, nadie te puede socorrer excepto algún toro, que además te pegaría
una corna´a. La ciudad sin prácticamente centros comerciales de gran superficie,
los coches tipo daewoo, chevrolet y marcas económicas abundan, y los lugares de
ocio se reducen prácticamente a dar vueltas por los puentes del río, (el
Guadiana, creo).
Piedras romanas de las que estamos hasta las
pelotas de ver en nuestra ciudad, abundan más todavía en Mérida, pero en mi
caso no puse mayor interés en verlas, excepto las que me tropezaba cuando salía
a pasear hasta el río. Insisto que no hay otra cosa que hacer.
Vamos a lo que nos interesa, la BICI.

Quedamos el sábado en una rotonda que está a
5 Km del lugar de residencia de mi entrenador. Al llegar a ella, llevaba ya una
media de 12 Km/h. Nos juntamos un grupo de cerca de 20 personas, y salimos a
pedalear. Un ritmo fácil, pero allí no hay viento, entonces sin esfuerzo ruedas
a 32 Km/h. Es curioso que cuando nos encontramos, mi entrenador es respetado,
ya es un dato. Pues bien empezamos a andar y con el clima que hay, acompañado
de las maravillosas vistas de la dehesa, la respiración es difícil de mantener.
Aún así, se rodó a un ritmo entre 42-45 Km/h. La vuelta es todavía más rápida y
a tirones. Yo me dediqué a estar en el centro aproximadamente del grupo y
participé en los sprint que se hicieron para observar en 1ª línea, como mi
entrenador los iba penetrando a todos. Yo no conocía el recorrido, por lo que
decidí ser conservador pero algún relevo hice. Recorrido total de 65 Km y una
media al llegar nuevamente a la rotonda de encuentro de 32,5 Km/h de media.
Algo impensable en Cartagena. Al llegar nuevamente a casa, la media había
bajado a 31 Km/h.
El domingo más de lo mismo, se rodó todavía a
mayor ritmo y es acojonante como mi entrenador es capaz de estirar al grupo con
los relevos que da, lo que pasa es que es muy complicado dejar tirado a nadie,
primero porque andan bien y segundo porque es muy fácil coger ritmo.
La llegada fue más de lo mismo, al sprint
desde los últimos 10 Km y al llegar al pueblo todos se recogen a sus casas ni
se despiden ni te esperan para tomar una cerveza o intercambiar opiniones. La
convivencia y vida social de ese grupo es ninguna.
En ambos días, el sudor no existe, excepto
cuando llegas a casa, que sudas de golpe.
En cuanto al ciclismo que viví, me quedé muy
defraudado, es muy triste ver que sales con gente y que al final no sabes ni la
cara que tiene, porque no los has visto sin el casco y sin las gafas. Con esto
quiero decir, que ya por edad, no estamos para carreras, pero sí para otras
cosas más propias de las personas. Ya nos tomamos nosotros nuestras cervezas y
las de ellos.
Que nos sirva el ciclismo para fomentar las
relaciones entre personas y no para hacer competiciones clandestinas, que la
única satisfacción que te puedes llevar es un susto, porque las salidas que
hicimos como poco, fueron peligrosas.
En cuanto a mi entrenador, yo creo que ya lo
he dicho todo varias veces, el mejor ciclista que he visto y todavía mejor
persona, y mira que le di disgustos ese fin de semana y el tío todavía continúa
queriéndome. Yo sé que echa de menos su grupo de bici, su ciudad y su vida anterior,
por eso me tengo que despedir de la misma manera que al principio:
"ENTRENADOR,
NO HAY HUEVOS"
 |
"La Manola y El Cartero" |
La Manola.