¡Habrase visto caradura! Pues no que va diciéndole al pobre Damián, aun convaleciente que lo tape del viento.
Menudo Niño de Librilla tenemos, primero va y lo engaña, para después intentar aprovecharse de él.
Aunque hay que agradecerle que haya arrancado a Damián para que vuelva a subirse a la bicicleta.
El Niño de Librilla |
Eso sí, después no se ha querido venir con nosotros, de la que te has librado.
Pd.: Pues eso que nos alegramos Damián de que vuelvas a estar con nosotros dando pedales. Gracias "Mi Niño".
Chanquete.
No hay comentarios:
Publicar un comentario